Si nunca hubieras visto la luz del sol, si nunca hubieras notado el calor que transmite en tu piel, entenderías la historia de este solitario soñador. Su nombre, Reilheich. Su sueño, ascender a lo más alto para alcanzar su objetivo, contemplar con sus ojos aquello que tantas veces ha imaginado, el sol. Lo que te preguntarás en estos momentos es: "¿Por qué no lo ha visto?". Bien, ¿listo para adentrarte conmigo en "Tenebris"? Adelante, usa tu imaginación para adentrarte en la imagen que hay justo abajo.
Si ya estás aquí entonces puedo empezar a contarte la historia. Tenebris, el bosque de la oscuridad, melancolía y agonía, sus inmensos árboles cubren completamente el cielo, y la niebla hace que cualquier viajero se pueda perder. Reilheich, quien lleva toda su vida enfermo de soledad en el bosque, se siente más muerto que vivo. Mientras deambula por este lugar, lo único que le da esperanza de que puede salir de esa triste y amargada monotonía, son los insignificantes rayos de luz, que, se cuelan entre los diminutos huecos que dejan las hojas de los árboles que cubren absolutamente todo lo que hay a la vista. Él los llama "Cura", pues es lo único que hace que su cuerpo no se sienta muerto del todo.
En un lejano pasado, tuvo contacto con personas, pero, debido a la forma de ser de estas, Reilheich decidió marcharse a otra zona del bosque más peligrosa aún antes de ser influenciado por el tóxico carácter de los seres con los que convivía. Cuando algo no te aporta nada bueno, cuando solo te aporta tristeza, maldad y crueldad, debes desarraigarte de ello. Gracias a su forma de pensar, el joven tiene tan claro cual es su objetivo.
Día tras día Reilheich busca un árbol alto y gasta todas sus energías en treparlo para así poder ver de donde proviene lo que el llama "Cura". Lamentablemente, no consigue lo que busca debido a que la niebla le impide la visión, no consigue llenar ese vacío que le causa la oscuridad de Tenebris. Tras plantearse acabar con su vida sin sentido infinitas veces, tras dar por perdido su sueño de notar las caricias del sol, Reilheich se hace una promesa, no dejar escapar el único motivo que tiene para seguir vivo. Para recordárselo, se dibuja con su daga un ojo en la palma de la mano. ¿Por qué un ojo? Porque para él, lo más importante que tiene son sus ojos, y sin ellos, jamás podrá lograr aquello que anhela.
Un día como otro cualquiera, nuestro protagonista encuentra lo que podría ser el árbol más grande que ha visto en su vida con diferencia. Está muy claro que es lo que debe hacer para comprobar si es lo suficientemente alto como para poder observar aquello que lleva esperando y persiguiendo tanto tiempo. ¿El problema? Este árbol es muchísimo más grande que cualquier árbol que haya tratado de escalar.
Al primer intento, apoya mal la pierna y cae desde unos 5 metros, justo al principio de empezar a escalar el árbol. Esto provoca que en la caída se disloque el hombro retrasando de esta forma el ascenso a la cima del árbol. Son semanas las que Reilheich pasa esperando hasta recuperarse. Impaciente y frustrado, decide intentarlo una vez más, aunque su lesión, no se ha curado del todo.
¿Llegará arriba en su segundo intento? A continuación obtendrás tu respuesta.
Reilheich, empieza a escalar poco a poco, el corazón le late a una velocidad inimaginable, cada vez está más cerca. Los sudores y los escalofríos no dejan de recorrer su cuerpo. Mantiene una lucha interna para vencer al miedo que trata de apoderarse de su mente. El joven soñador empieza a ver la meta, su meta, pensamientos recorren su cabeza diciendo "al fin lo he conseguido, voy a cumplir mi sueño". Cuando de repente, una rama en la que se estaba apoyando cruje provocando que Reilheich se caiga. "Esta vez lo consigo, cueste lo que cueste" piensa mientras con su mano se agarra a una rama tratando de evitar lo que sería una caída mortal. Consigue salvarse de la muerte, se sienta en la rama que le ha salvado la vida temblando de miedo. Cuando de repente observa que un pequeño rayo de luz le está dando en aquel ojo que se dibujó para recordarle su objetivo. La "Cura" le da la fuerza necesaria para tratar de llegar de una vez por todas a la cima.
"Al fin, esto es grandioso, ya se que es lo que se siente cuando consigues tu sueño, al fin, de una vez por todas, no me siento solo". La luz divina del sol ilumina el cuerpo entero de Reilheich, por primera vez en su vida siente el calor recorriendo sus venas, el mayor estado de satisfacción que cualquier persona puede vivir. Reilheich, admirando lo que sus ojos están viendo, clava su mirada en el sol durante minutos. Lo que él no sabía es que esa acción le iba a dejar ciego de por vida. Una vez se da cuenta de que ha quedado ciego contemplando el sol y que no va a poder bajar del árbol, guarda la imagen de lo que ha visto en su mente y, sonriente y lleno de felicidad y satisfacción, salta desde lo más alto del árbol hacia el vacío y en voz baja se dice a si mismo: "sueño cumplido".
FIN.
Al primer intento, apoya mal la pierna y cae desde unos 5 metros, justo al principio de empezar a escalar el árbol. Esto provoca que en la caída se disloque el hombro retrasando de esta forma el ascenso a la cima del árbol. Son semanas las que Reilheich pasa esperando hasta recuperarse. Impaciente y frustrado, decide intentarlo una vez más, aunque su lesión, no se ha curado del todo.
¿Llegará arriba en su segundo intento? A continuación obtendrás tu respuesta.
Reilheich, empieza a escalar poco a poco, el corazón le late a una velocidad inimaginable, cada vez está más cerca. Los sudores y los escalofríos no dejan de recorrer su cuerpo. Mantiene una lucha interna para vencer al miedo que trata de apoderarse de su mente. El joven soñador empieza a ver la meta, su meta, pensamientos recorren su cabeza diciendo "al fin lo he conseguido, voy a cumplir mi sueño". Cuando de repente, una rama en la que se estaba apoyando cruje provocando que Reilheich se caiga. "Esta vez lo consigo, cueste lo que cueste" piensa mientras con su mano se agarra a una rama tratando de evitar lo que sería una caída mortal. Consigue salvarse de la muerte, se sienta en la rama que le ha salvado la vida temblando de miedo. Cuando de repente observa que un pequeño rayo de luz le está dando en aquel ojo que se dibujó para recordarle su objetivo. La "Cura" le da la fuerza necesaria para tratar de llegar de una vez por todas a la cima.
"Al fin, esto es grandioso, ya se que es lo que se siente cuando consigues tu sueño, al fin, de una vez por todas, no me siento solo". La luz divina del sol ilumina el cuerpo entero de Reilheich, por primera vez en su vida siente el calor recorriendo sus venas, el mayor estado de satisfacción que cualquier persona puede vivir. Reilheich, admirando lo que sus ojos están viendo, clava su mirada en el sol durante minutos. Lo que él no sabía es que esa acción le iba a dejar ciego de por vida. Una vez se da cuenta de que ha quedado ciego contemplando el sol y que no va a poder bajar del árbol, guarda la imagen de lo que ha visto en su mente y, sonriente y lleno de felicidad y satisfacción, salta desde lo más alto del árbol hacia el vacío y en voz baja se dice a si mismo: "sueño cumplido".
FIN.